
No podía defraudarme. En ocasiones, las novelas de Paul Auster pueden dejarnos con ganas de más, o con la sensación de que nos ha dejado a medias tintas, ocultándonos información trascendental para la comprensión total de la historia. Sin embargo, este no es el caso. Un hombre en la oscuridad es una novela redonda, perfecta. Un clarísimo ejemplo de todas las virtudes que se conjugan en la literatura de Auster: la presencia de personajes heridos por la vida; la literatura al servicio de la literatura y de la vida; el intenso y profundo humanismo que se desprende de la visión que sus personajes tienen de la vida; y, por supuesto, el amor a los demás que impregna toda la novela. Y no hablamos de ese amor romántico y loco propio de la literatura o de ese amor estúpido y sin sentido que vemos en las películas americanas, sino de amor en estado puro: ser capaz de identificarse con los demás, acompañarlos en sus pesares, compartir nuestras penas, confiar nuestros secretos. Amar como sinónimo de compartir, de confiar, de respetar, de querer, de vivir de forma sincera.
No puedo hacer otra cosa más que recomendaros la lectura de esta gran historia, en la que encontraréis mucho más de lo que yo pueda deciros en esta pequeña reseña. Sólo añadir que aún me emociono al recordar ciertos pasajes que quedarán para siempre conmigo.




Dexter es un personaje peculiar. Forense experto en sangre de la policía de Miami en su faceta de "buena persona", asesino en serie de monstruos u otros asesinos en sus ratos de ocio. Es, ciertamente, un personaje fascinante, por lo paradójico y lo complejo. Nacido de la mente del escritor norteamericano Jeff Lindsay, se ha convertido en personaje de televisión en la serie que lleva su nombre: Dexter. Yo he conocido a Dexter a través de la serie, de una factura impecable y con unos diálogos y monólogos mordaces y muy agudos. La genialidad que destila la serie desde el inicio, con unas imágenes impactantes, naturalistas y muy carnales, pasando por una trama inteligente, que te mantiene en vilo cada uno de los 12 capítulos de las dos temporadas que hasta ahora se han podido ver en Fox, me llevaron a leer los libros en los que se basa. Sin embargo, no pude adquirir el primero de ellos (El oscuro pasajero), ya que se encontraba agotado en dos de las mayores librerías de Madrid, Fnac de Callao y Casa del Libro, por lo que he comenzado por leer el segundo de los libros: Querido Dexter. En el fondo, comencé a leerlo con la sensación de que iba a vivir las mismas aventuras que el Dexter televisivo, pero mi sorpresa ha sido mayúscula al encontrarme un Dexter más oscuro, más cínico y con un sentido del humor aún más ácido y negro. Pero además, la trama es completamente distinta, con lo que uno siente la sensación de que amplía más su conocimiento y disfrute de este terrorífico y a la par atractivo personaje. La novela nada tiene que ver con la serie, salvo en la figura central, este Hannibal Lecter más campechano y justiciero, que sigue cultivando las aficiones de su Oscuro Pasajero.


