jueves, 26 de junio de 2008

Es una pena, pero...




No me gusta despedirme así del curso que ya acaba, pero no me queda más remedio. Supongo que todo va en consonancia, y como este curso ha tenido cosas muy negativas, no podía ser que no concluyera con una lectura pésima. Así que, aquí me tenéis, haciendo lo que nunca más me gustaría volver a repetir: una no-recomendación.




Por favor, no leáis El juego del ángel de Carlos Ruiz Zafón. Sé que muchos lo habrán comprado, o se lo habrán regalado, o querrá sacarlo de la biblioteca, pero os desaconsejo con rotundidad su lectura. Y no por un motivo, sino por muchos. En primer lugar está mal escrito, carece de ritmo narrativo, es confuso, la historia no avanza y, al contrario de lo que en toda novela tendría que ocurrir, la confusión va a más en vez de a menos. Además, los acontecimientos no sólo son poco imaginativos y manidos, sino que resultaban increíbles en el propio contexto de la historia. En definitiva, es un fiasco total. Pero en segundo lugar, os recomiendo que no la leáis, porque este señor parte de una postura de divo de la literatura totalmente inmerecida, pues ni la calidad, ni el estilo, ni la creatividad, ni la novedad, caracterizan sus propuestas. Sólo una fama adquirida no sé cómo le lleva a publicar una primera edición de un millón de ejemplares, que llenará las librerías con un tocho infumable, que apartará a muchos de la lectura durante un buen tiempo.




En definitiva, no leáis este libro, no se lo recomendéis a nadie, no lo regaléis. Sólo en el caso de querer que algún enemigo pase un verano tedioso, cargando por esas playas o piscinas un mamotreto de casi 700 páginas, atreveos a ofrecerlo con una sonrisa pérfida y maligna en vuestros labios.